domingo, 23 de abril de 2017

Tengo tan planeado lo que quiero que se haga el día de mi muerte que debería hacer un par de ensayos para asegurarme de que se hace todo correctamente. De hecho voy a escribir aquí mi 10 mandamientos póstumos por si acaso. 1. No me metáis en un nicho. Tumba, panteón o un lugar de esos de las cenizas.(Cenicero!?). 2. No quiero misa, ni nada que se le parezca. 3. Todo el mundo debe ir con tacones ese día. ( Así me aseguro que el sufrimiento es real). 4. Cada uno de los asistentes a la REUNIÓN DE CELEBRACIÓN DE MI VIDA debe beber al menos una botella de tequila antes de asistir. 5. Quemadme. Pero no en un crematorio ni un horno. En una pira. Una de verdad. Una monumental. (Montado la pila el día de antes, que no quiero que nadie borracho me robe protagonismo en mi día) 6. Llegada cierta hora, cuando el sol se retire. Todo el mundo debe quedarse en pelotas. 7. Dad rienda suelta a la pasión y el desenfreno mientras mi bello cadáver arde toda la noche. 8.Una vez que mi cuerpo se haya consumido, recoged la basura de la noche anterior. (No es necesario que sea al día siguiente, entiendo cómo estarán vuestros cuerpos). 9. Nunca jamás mencionéis esa noche. 10. Si tras nueve meses nace alguna criatura, de ojos pequeños, pelo rizado y con tendencias paranoicas. (Si, eso te lo dice el médico cuando naces, "enhorabuena ha tenido usted un conspiranoico") ponedle mi nombre. PD. Recordad que os quiero, casi tanto como me quise a mí.


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